Arqueólogos en Perú han desenterrado los restos de una mujer de élite enterrada con un sorprendente ajuar funerario que data de entre el 3000 y el 1800 a.C., según informó el Ministerio de Cultura del país.
El hallazgo tuvo lugar en las ruinas del antiguo asentamiento de Áspero, ubicado en la costa occidental de Perú, a unos 700 metros del océano Pacífico. De acuerdo con un comunicado traducido del ministerio, la tumba, notablemente bien conservada, contenía una serie de objetos extraordinarios, como adornos elaborados con el pico de un tucán y plumas de guacamaya.
Los restos de la mujer fueron hallados envueltos en una variedad de materiales: tejidos de algodón, haces de fibra vegetal, esteras y redes. Lo más inusual del hallazgo es que su piel, cabello y uñas se encontraban intactos, algo extremadamente raro en una región donde normalmente solo se conservan los huesos.
Se estima que la mujer falleció entre los 20 y 35 años de edad. Fue enterrada junto a un destacado conjunto de ofrendas, entre ellas: un panel bordado con plumas de guacamaya, un pico de tucán con incrustaciones de cuentas verdes y marrones, una concha de caracol amazónico, unas 30 papas dulces y una red de pesca. Aunque su identidad sigue siendo un misterio, los objetos hallados sugieren que ocupaba un alto estatus social.
La época en la que vivió coincide con el auge de la civilización Caral, reconocida por sus extensos centros urbanos y complejidad social. Esta cultura, cuyo epicentro fue la ciudad sagrada de Caral-Supe, sentó las bases de la vida urbana en la región andina.
Durante el apogeo de esta civilización, Áspero contaba con al menos 22 complejos arquitectónicos y su población se dedicaba principalmente a la pesca y el comercio. Hallazgos previos indican que las mujeres podían alcanzar posiciones destacadas en esta sociedad. En 2016, en este mismo sitio, se descubrieron los restos de otra mujer de alto rango conocida como “La Dama de los Cuatro Tupus”, enterrada con broches ornamentales en forma de aves y monos.
A pesar de que la civilización Caral no dejó registros escritos, los arqueólogos continúan interpretando evidencias materiales para reconstruir la vida de sus habitantes. Hasta ahora, se desconoce el nombre original tanto de Caral como de Áspero.
Los estudios en curso sobre los restos y las ofrendas buscan arrojar luz sobre la salud, dieta y posible causa de muerte de esta mujer. Las excavaciones en Áspero, que ya llevan dos décadas, siguen revelando nuevos y fascinantes capítulos de la historia antigua de Perú.