Brian Niccol, quien asumirá oficialmente como CEO de Starbucks en septiembre próximo, se perfila para convertirse en uno de los ejecutivos mejor remunerados de la historia corporativa. Su paquete de compensación podría superar los 113 millones de dólares, gracias a una combinación de salarios, bonificaciones y opciones de acciones.
Proveniente de Chipotle, donde desempeñó un papel clave como CEO, Niccol también tiene un historial significativo en Taco Bell. A su llegada a Starbucks, le espera un bono de inicio de 10 millones de dólares, además de 75 millones en opciones sobre acciones para compensar aquellas que perderá al dejar su antiguo puesto.
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Su salario base será de 1.6 millones de dólares, con la posibilidad de ganar hasta 23 millones en acciones anuales, junto con una bonificación en efectivo que podría alcanzar 3.6 millones dependiendo del rendimiento de la empresa.
Si logra todos los incentivos, su compensación total se elevaría a 113 millones, una cifra notablemente superior a la que recibía su predecesor.
Sin embargo, lo que ha llamado la atención son las condiciones poco convencionales que ha establecido. Según su contrato, Niccol trabajará de forma remota desde su hogar en California y tendrá acceso a un jet privado para asistir a reuniones en la sede de Seattle. Además, contará con un asistente exclusivo y la empresa se encargará de crear un espacio de trabajo personalizado en su residencia.
Esta decisión contrasta con la política de Starbucks, que el año pasado exigió a sus empleados administrativos regresar a la oficina al menos tres días a la semana, esfuerzo que generó ciertas tensiones entre el personal.
En su paso por Chipotle, el salario total de Niccol en 2023 fue de 22.5 millones de dólares, con un valor no realizado de incentivos de capital que superaba los 82 millones, según informes regulatorios.
«Brian Niccol ha demostrado ser un líder efectivo en nuestra industria, logrando rendimientos financieros significativos durante su carrera», indicó Starbucks, agregando que su remuneración está directamente relacionada con el desempeño de la compañía y los intereses de sus grupos de interés.
Sin embargo, el nuevo CEO enfrentará un desafío considerable. Starbucks ha atravesado un período tumultuoso, habiendo cambiado de CEO cuatro veces en dos años. Recientemente, la cadena ha tenido que lidiar con el aumento de precios en sus productos y críticas sobre las largas esperas en sus locales. Además, la compañía fue objeto de desinformación, que afirmaba que financiaba al ejército de un país en conflicto.
Niccol tiene la tarea de revertir esta situación y, hasta cierto punto, ya ha logrado un impacto positivo; desde el anuncio de su nombramiento, las acciones de Starbucks tuvieron un repunte de más del 20% en un solo día, recuperando la confianza del mercado tras un año difícil. Su enfoque estará dirigido a restaurar el prestigio y la rentabilidad que la marca ha visto como un desafío en tiempos recientes.