El domingo 19 de agosto 1951, Bill Veeck, dueño de los Carmelitas de San Luis, inscribió en el roster a un jugador de tres pies, siete pulgadas y 65 libras de peso: Eddie Gaedel, que trabajaba en circos y ferias y firmó un contrato por $100 dólares.
Comenzó el doble juego entre los Tigres de Detroit y San Luis en el Sportman’s Park y en el segundo juego, los fanáticos observaron a un pequeño con el número 1/8 en la espalda y creían que era un niño que haría el papel de recoge bates. Era un día especial, porque el mánager Zach Taylor estaba de cumpleaños.
En el segundo partido y al cierre del primer episodio, el mánager Taylor pidió tiempo para llamar un emergente por Frank Saucer que resultó ser Eddie Gaedell. En el estadio hubo un silencio porque nadie creía lo que estaban viendo. El árbitro principal Joe Paparella detuvo el juego y llamó al mánager Taylor para verificar el roster. Gaedell estaba oficialmente inscrito y había que dejarlo batear.
Bill Veeck, amante de las bellaquerías, le dijo a Gaedell de 37 pulgadas de altura que se agachara cuando fuera a batear y no hiciera swing, «porque tengo francotiradores en el techo del estadio y si le haces swing eres hombre muerto».
El lanzador Bob Cain lanzando rectas y luego de dos bolas malas, el receptor Bob Swift se acostó para un mejor blanco y la fanaticada gritaba que no hiciera swing. Gaedell recibió transferencia y caminó hacia la inicial saludando al público. El mánager Taylor inmediatamente envió a Jim Delsing de corredor emergente y el público se paró para darle una ovación de varios minutos.
Así terminó la carrera de Gaedell en las Grandes Ligas, porque el presidente de la Liga Americana, Will Harridge, ordenó eliminar su nombre del box score, por eso no figura como si hubiera entrado a juego. Veeck le argumentó a Harridge: «Si hace eso el payaso es usted, eso quiere decir que no hubo bateador, que no hubo base y que no hubo corredor. Entonces las hojas de anotaciones no significarán nada de ahora en adelante».
El 2 de septiembre de 1951, Gaedell fue arrestado en Cincinnati por gritar obscenidades y trató de convencer a la policía de que era un jugador de Grandes Ligas pero nadie le creyó. Fue puesto en libertad bajo una fianza de US$25. Gaedell se convirtió en alcohólico y murió el 18 de junio de 1961, a los 36 años, de un ataque cardíaco al ser asaltado en Chicago. La única persona del mundo beisbolero que fue a su funeral fue Bob Cain, el pitcher que lo enfrentó diez años antes. Veeck no fue al entierro, pero dedicó una frase en su autobiografía: «Él fue el mejor enano que jugó béisbol en las Grandes Ligas.»