El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado el 15 de diciembre de 1973 por el ex presidente constitucional profesor Juan Bosch, se aboca a la realización de su Décimo Congreso con miras a escoger nuevas autoridades.
Este escenario debe y tiene que ser idóneo para hacer una profilaxis general, donde se proceda a elegir a hombres y mujeres, que no tengan compromisos de corrupción con el pasado de esta organización política.
No sería de buen gusto, que los dirigentes rancios y desfasados del partido opositor sean reelegidos, ya que han manchado el nombre de su creador, haciendo todo lo contrario a sus principios doctrinarios.
El PLD debe resurgir, como un partido nuevo, conformado por gente nueva sin tachas, personas decentes, que puedan dar la cara ante la sociedad dominicana y los criollos del exterior, sin la necesidad de esconderse por hechos ilícitos cometidos en desmedro del estado dominicano..
Se hace necesario, que quienes enlodaron la reputación y el honor de la organización política opositora, sean rechazados electoralmente en el Décimo Congreso, a fin de impedir que sigan metiendo sus narices en las decisiones importantes de su futuro político.
Los oportunistas que violentaron los principios democráticos, apoderándose de los bienes del pueblo dominicano, no merecen estar en ninguna posición dirigencial, claro si el partido morado de la estrella amarilla, quiere ser opción de poder para las elecciones del 2028.
La colectividad nacional y los dominicanos diseminados por el universo, exigen y reclaman excluir, con un voto de castigo a quienes dañaron la imagen y reputación del PLD en el ejercicio del poder.
Los peledeistas, merecen y necesitan con urgencia sangre nueva, sangre limpia, que sea capaz de llevar un nuevo de mensaje de conciencia al electorado de que es en realidad, un partido nuevo, con dirigentes sin colas que pisar, que aunque sus nombres no sean sonoros o desconocidos, inspiren confianza.
No valdría la pena desarrollar un Congreso, donde reelijan desde el ex presidente Danilo Medina, y todos los que les acompañaron a saquear las arcas nacionales.
El electorado peledeísta debe impedir con sus sufragios, que gente que acumulo fortunas económicas de forma fraudulenta, sigan dirigiendo ese partido, como si nada hubiese sucedido.
La fumigación debe comenzar internamente en el Décimo Congreso del PLD, una sola especie que quede dentro, podría contaminar y dañar los propósitos de volver al poder.
El pueblo vigila, está atento, y dependiendo cual sea la posición asumida en dicho certamen, así serán sus resultados en los venideros comicios del 2028.