El canciller chileno Alberto van Klaveren. Contó que, aunque Chile tenía claro que al cuestionar la falta de la transparencia de las elecciones en las que Nicolás Maduro se dio por ganador como lo hizo rápidamente el presidente Gabriel Boric, iba a provocar “un desacuerdo muy profundo con el Gobierno venezolano”, que el retiro inmediato del personal diplomático, que implicó la expulsión de Caracas del embajador Jaime Gazmuri, “no estaba en nuestros cálculos”. “Ni en los peores tiempos de la Guerra Fría se produjo una reacción de esa naturaleza entre las grandes potencias”, dijo.
El ministro también adelantó que “Chile está disponible para desempeñar un papel útil de mediación frente a la crisis venezolana” y que ese rol lo visualiza aportando “la experiencia de nuestra propia transición”, la que en 1988 él conoció en primera persona. Y dijo que, pese a que el Gobierno no fue invitado a ser parte del plan de las Administraciones de izquierdas de Brasil, México y Colombia de liderar una negociación para la crisis venezolana, que Chile ha estado con contacto con los tres países y que apoya su iniciativa: “Venezuela supera mucho la división entre regímenes de izquierda y de centroderecha, y creemos que hay otros países que también pueden cumplir un papel muy relevante, como Uruguay”.
La crisis de Venezuela coincidió con la visita oficial a Chile del mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que cubrió mi compañera Antonia Laborde. Una imagen que dio vueltas fue una en la que Boric le dice algo al oído, con complicidad. De esa cita en La Moneda, públicamente solo hubo un comentario, y fue de Lula: “El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve a defender la transparencia de los resultados”. Pero el presidente chileno, aunque anunció que hablaría de Venezuela, no lo hizo.
Lo que ocurre en Venezuela ha tenido un fuerte impacto en la región y en Chile, en especial al interior del oficialismo, por el respaldo del Partido Comunista al Gobierno de Maduro. Si el Socialismo Democrático ya había tomado distancia hace mucho, en el Frente Amplio la primera reacción tras las cuestionadas elecciones fue de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, como lo contamos en este artículo.