Las autoridades de Ucrania habían alertado de la posibilidad de que Rusia bombardeara Kiev y otras zonas del país, con la excusa del supuesto ataque cometido el martes con drones contra el Kremlin.
Sin confirmar si se trataba o no de una respuesta, solo unas horas después, el Ejército ruso ha atacado de nuevo la ciudad de Kiev y sus alrededores con drones de tipo “shahed”, de fabricación iraní que, según los ucranianos, pudieron ser derribados.
Se trata del tercer ataque contra la capital en los primeros cuatro días de mayo; una intensidad que no se había vivido en la ciudad desde comienzos de este año.
Hasta el momento no se han reportado ni víctimas civiles ni daños en edificaciones residenciales o instalaciones de infraestructura.
Durante la pasada noche, las alertas antiaéreas sonaron, además de en Kiev, en otras regiones del país y en ciudades como Odesa, a orillas del mar Negro.
Mientras, en el lado ruso, continúan los incendios en depósitos de combustible que abastecen a la Flota del Mar Negro.
Según las autoridades locales, esta madrugada ha sido atacada la refinería de Ilskii, a unos 30 kilómetros al noreste del puerto de Novorrosiisk, y también una planta de producción de derivados de petróleo en Novoshájtinsk, en la región de Rostov.