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El reclamo por las secuelas de la colonización se produce días antes de la coronación oficial del monarca británico, que está programada para el 6 de mayo.
Los líderes y políticos indígenas de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth) han exigido al monarca británico, Carlos III, que se disculpe formalmente por las secuelas de la colonización británica y repare el daño redistribuyendo la riqueza de la Corona, según reporta The Guardian.
«Nosotros, abajo firmantes, hacemos un llamado al monarca británico, el rey Carlos III, en la fecha de su coronación, el 6 de mayo de 2023, para que reconozca los horribles impactos, y el legado del genocidio y de la colonización de los pueblos indígenas esclavizados», reza la misiva, a la que tuvo acceso el diario.
En ese contexto, los representantes de 12 países (Antigua y Barbuda, Nueva Zelanda, Australia, Bahamas, Belice, Canadá, Granada, Jamaica, Papúa Nueva Guinea, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas), que firmaron la carta titulada ‘Disculpa, reparación y repatriación de artefactos y restos’, instaron a que la petición «inicie un proceso hacia la justicia».
«El cambio comienza escuchando«
Los jefes recalcan que «una república que no ha resuelto las injusticias de ‘terra nullius’ [‘tierra de nadie’] continúa con el legado violento de la colonización». Además, exigen a Carlos III que se comprometa con la repatriación de restos humanos, que se encuentran en museos e instituciones británicas, así como con la devolución de tesoros y objetos culturales, alegando que la toma de tales artefactos se produjo a través de «cientos de años de genocidio, esclavitud, masacre y discriminación racial» por parte de las autoridades británicas.
«Sabemos que esto puede ser una conversación difícil para la familia real, pero el cambio comienza escuchando«, dijo Nova Peris, exsenadora aborigen australiana y exatleta olímpica. Por su parte, el Movimiento de la República Australiana ha criticado duramente algunas facetas de la coronación y calificaron de «absurda» la solicitud de los súbditos de la Commonwealth para jurar lealtad a Carlos III.
A los reclamos se sumaron los líderes maoríes de Nueva Zelanda, quienes sostienen que la Corona británica diseñó su desplazamiento durante muchas generaciones, pero su plan no ha tenido éxito. «Es hora de desmantelar este sistema para que podamos reconstruir uno que funcione para todos», manifestaron.
‘Doctrina del descubrimiento’
El escrito también urge a la familia real a reconocer la renuncia a la ‘doctrina del descubrimiento’ que legitimó la conquista de América, tal como manifestó el papa Francisco el mes pasado, y que adopte la misma postura para dar comienzo al proceso de reparación para los pueblos indígenas que sufrieron en cumplimiento de tal ideología.
El Vaticano asegura que son conscientes de que el contenido de esos documentos se utilizó para justificar «actos inmorales» contra pueblos originarios, realizados algunas veces sin oposición de las autoridades eclesiásticas. Así, la Iglesia admite que es justo reconocer estos errores, los terribles efectos de las políticas de asimilación y el dolor experimentado por esas poblaciones, así como pedir perdón.
Reto de Carlos III frente a la Commonwealth
Después de la muerte de la reina Isabel II el pasado 8 de septiembre, uno de los retos de Carlos III ha sido mantener sus lazos con la Commonwealth, una tarea que no se presenta fácil porque desde hace años en varios países, especialmente en las «monarquías caribeñas», muy críticas con el pasado esclavista y los excesos del Imperio británico, soplan vientos republicanos.
En noviembre del 2021, Barbados, una pequeña y paradisíaca isla caribeña que se independizó de Londres en 1966, cortó cuatro siglos de lazos con el Palacio de Buckingham para convertirse en república, aunque sin salirse de la Commonwealth. La desvinculación se hizo de forma amistosa, hasta el punto de que el actual rey británico —entonces príncipe Carlos— asistió a la ceremonia y reconoció la «espantosa atrocidad de la esclavitud«.
Al menos seis países del Caribe, entre ellos Jamaica, Antigua y Barbuda y Belice, se han propuesto, o incluso han iniciado trámites, para desvincularse de la Corona británica.
En 14 naciones de la Mancomunidad de Naciones, nacida en la década de 1930 para englobar a los Estados con vínculos históricos con el Imperio británico, el monarca es el jefe de Estado, aunque con un papel ceremonial.