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Liz Truss recibió una factura por más de 12.000 libras esterlinas (unos 15.000 dólares) para cubrir el costo de la comida y la bebida, así como las batas de baño y las pantuflas que desaparecieron de su residencia de Chevening mientras era secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, reportó The Daily Mail, citando a una fuente.
La casa del siglo XVII, que está a disposición de los secretarios de Relaciones Exteriores, fue utilizada por Truss y sus ayudantes durante las reuniones destinadas a prepararla para el cargo de primera ministra. El Gobierno británico asume el costo de los asuntos oficiales que se celebran en Chevening, pero no el de atender a invitados personales o de encuentros privados de partidos políticos.
Por su parte, un portavoz de Truss indicó este domingo que la política había solicitado «una factura precisa» antes de aceptar su liquidación.